La venta de una empresa no es una decisión a ser tomada repentinamente, exige de sus accionistas mucha reflexión, pues la decisión involucra factores financieros, emocionales y debe ser acompañada de mucha cautela y estrategia.
Cuando un empresario desea exponer su empresa al mercado es importante que el mismo tenga conocimiento de cada fase del proceso de M&A, del tiempo dedicado al trabajo y de las estrategias que se deben realizar para sentir la receptividad del mercado a la compra.
En la preparación de la empresa, definición de objetivos de los accionistas, prospección y enfoque, o cualquier otro momento de la transacción, cada detalle es esencial para el éxito.
Entre todas las etapas, como punto principal para la apertura del proyecto, se destaca: la preparación y evaluación de la empresa. Es importante entender que al presentar una oportunidad de compra para un inversionista, es necesario que el mismo identifique sinergias y oportunidades de nuevos negocios, agregando valor a la empresa y definiendo apertura para una negociación.
En este sentido, es imprescindible que los empresarios que desean abrir su empresa a nuevos accionistas, mantengan un control y auditoría rigurosos de su empresa para garantizar un análisis eficiente del desempeño histórico y para el desarrollo de las proyecciones futuras.
A pesar de la necesidad de que estos controles gerenciales carguen cierta obviedad, muchas empresas aún no se gestionan a través de estas importantes herramientas, lo que puede comprometer el basamento técnico y dificultar la visión del inversor para que evalúe las proyecciones futuras y las oportunidades sinérgicas al mercado de actuación.
